Ejercicios en casa para personas con Alzheimer
Realizar ejercicios en casa con personas con alzheimer es una de las mejores formas de combatirlo. Sin embargo, hay que seguir una serie de pautas que toda persona al cuidado de alguien con estas características debe conocer.
¿Cómo realizar los ejercicios?
- La persona que guíe al paciente debe ser siempre las misma, en la medida de lo posible, para comprobar cómo evoluciona y si debe o no aumentar la dificultad.
- El cuidador debe tomarse unos minutos antes para preparar los ejercicios con los que va a trabajar.
- Será necesario adaptar cada tarea al nivel de deterioro cognoscitivo de la persona. No todas las tareas son adecuadas para todas las personas. Es importante personalizar de los ejercicios respetando la individualidad de las personas y su autonomía en la medida de lo posible.
- Debemos seleccionar aquellos ejercicios que cumplan con las siguientes condiciones: que tenga un significado para quien las realiza, que le resulten exitosas, que sean gratas y cercanas a los intereses personales y que eviten el aburrimiento.
Frecuencia de las sesiones
- Frecuencia diaria y una duración alrededor de 15 o 20 minutos, dedicando monográficamente la sesión a una función cognitiva (calculo, memoria, praxis, gnosis, lenguaje), iniciando y finalizando la sesión con actividades de orientación.
- Frecuencia no diaria, con estructuras tales como: iniciar la sesión con tareas de orientación, seguir con tareas relacionadas con las diferentes funciones cognitivas (memoria, praxis, gnosis, cálculo) y finalizar con tareas de lenguaje.
Recomendaciones
Nuestras frases y mensajes deberán seguir las siguientes orientaciones:
- Frases cortas y sencillas.
- Pronunciación clara y lenta.
- Limitar y espaciar las preguntas.
- Dejar tiempo para que comprenda lo que se le dice.
- Animar y estimular las respuestas y repeticiones, aunque sean incorrectas.
- No corregir sistemáticamente sus errores. Tras el error, emitir verbalmente la expresión correcta sin destacar la equivocación.
- Ayudarle diciéndole la palabra que tiene dificultad en evocar sin esperar que lo logre por sí mismo.
- Dejar tiempo suficiente para que se exprese.
- Sacar temas familiares y que sean de su agrado para estimular la conversación.
- Buscar actividades cercanas a los intereses individuales y cotidianos de las personas.
Podéis empezar a trabajar con nuestros ejercicios de lenguaje según nivel de dificultad.
Redacción: Diana Rodriguez (Terapeuta Solera La Vaguada)
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